Esta entrada me enlaza con otra aventura más, ahora habrá más galletas para repartir en Sahagún Digital, este diario digital acaba de nacer y dará información acerca de Sahagún y toda su comarca porque la tribu tiene que esta muy bien comunicada sea con señales de humo o por la red.
Dice un proverbio africano que “Para educar a un niño es necesario una tribu entera”, yo digo que todos necesitamos esa tribu no solo los niños.
Está claro que un niño necesita de sus padres que le quieran y que le enseñen a comportarse; tras mi corta, pero intensa, experiencia como madre, me doy cuenta que la mejor enseñanza es un buen ejemplo por eso de que una acción vale más que mil regañinas, es decir si tu tiras un papel al suelo, o las cáscaras de las pipas es lo que va a hacer tu hijo a continuación, encima pensando que es lo correcto.
Aunque no solo los padres tienen esa misión, a continuación van los abuelos y el resto de familiares que tienen un deber para con el niño; pero esto no acaba aquí y es que la panadera, el barrendero y el de correos tienen que ver en esta tarea y es que todos debemos estar inmersos en la educación de nuestros niños y diciendo “nuestros” me refiero a todos los niños con los que convivimos, porque aunque suene muy manido, los niños son nuestro futuro. No hablo de ir echando broncas a niños ajenos, hablo de cuidar nuestros actos pues el ejemplo es lo primordial.
El vivir en un pueblo hace que el contacto con nuestros vecinos, niños y mayores sea más intenso que en una ciudad y lo que en una urbe se circunscribe a un bloque o a un barrio como mucho, en un pueblo abarca a toda la localidad. Es paradójico que cuantos menos habitantes tenga el lugar en el que vives más relaciones tienes en comparación con ciudades superpobladas.
La tribu en estos pequeños lugares se vive muy intensamente y esto tiene sus cosas malas, algo así como en la casa de Gran Hermano que todo se intensifica y no falta el que te dice por la espalda JO-DE-TE y al que le ponen la pierna encima para que no levante cabeza (lo siento, me quedé en GH1).
Pero la verdadera magia de la tribu reside en la colaboración entre todos sus componentes, en el que cuando un miembro lo pasa mal, siempre sale alguien para echar una mano en la medida de sus posibilidades y este es el gran poder y uno de los pocos que tenemos en las tribus pequeñas y que debemos aprovechar, incentivar y enseñar a los más pequeños; somos animales sociales y gregarios y mal que nos pese el éxito de la comunidad depende del éxito de cada uno de los individuos y que la máxima tan de moda actualmente “Tu éxito es mi fracaso” no debe tener cabida y menos en pueblos como el nuestro.
La tribu arropa, ayuda, colabora, riñe si es el caso, y todos nos debemos a ella porque el que quiera vivir solo, que se suba a Riocamba y si le dejan los guardas que haga una cabaña porque tarde o temprano alguien va a necesitar tu ayuda o tu vas a necesitar la de los otros.
No estoy hablando solamente de dinero aunque este si que es el tema de moda desde que la humanidad es.... menos humana, la ayuda puede venir de diferentes formas desde comida hasta una palmada en el hombro, una sonrisa cada mañana o una caja de galletas (en esto mi abuela era especialista). Cualquiera acto cariñoso se agradece enormemente cuando una persona está en baja forma y eso ayuda a echar el pie y seguir adelante siguiendo las huellas de....la tribu.
No hay comentarios:
Publicar un comentario